domingo, 12 de septiembre de 2010

Divorcios y crisis económica

A primeros de septiembre de 2.010 se han hecho publicos los datos sobre procedimientos judiciales de divorcio y separación en España. Las cifras son inferiores a las de cursos judiciales anteriores.

La intepretación más veces escuchada sobre esta bajada en el número de procedimientos judiciales consiste en achacarla a la crisis económica.

Posiblemente haya algo de verdad en esta interpretación; sin embargo no debemos olvidar otros factores trascendentes:

1º.- Hay un gran número de pleitos donde se establecen las medidas complementarias de las rupturas de las parejas de hecho. Los procedimientos son prácticamente idénticos a los pleitos matrimoniales, pues hay que regular el régimen de visitas, la guarda y custodia, el uso y disfrute de la vivienda, pensión de alimentos y demás; pero estos litigios no entran en las estadísticas de procedimientos matrimoniales, pues no se decide nada sobre separación o divorcio, al no existir un vínculo matrimonial previo.

2º.- En todos los despachos hemos apreciado que han aumentado el número de casos donde se busca una solución transitoria hasta poder vender la vivienda y liberarse de la hipoteca; se pactan los términos del futuro procedimiento judicial, se procede a la ruptura de la convivencia, pero se deja en suspenso la tramitación del pleito, confiando en que una recuperación én los precios de la vivienda permitirá una posterior liberación económica de la pareja.

Por lo tanto, y siendo conveniente con carácter general que los matrimonios o las parejas de hecho sean lo más estables posible, sobre todo si tienen hijos a su cargo, la reducción en el número de procedimientos judiciales de separación o divorcio no ha sido tan grande como las cifras y la interpretación más escuchada nos han transmitido.

Además, existe un dato preocupante, otro pésimo efecto de la crisis económica, y es que como todo el mundo sabe, si la situación financiera de una familia no resulta solvente, si hay desempleo o, simplemente, menores ingresos, la relación conyugal se deteriora y ello, inevitablemente, motivará un incremento de las rupturas.